jueves, 8 de noviembre de 2012

Cambiemos ese ''tu y yo'' por un -nosotros-

Eran felices y nada podía con ellos. Ya eran más de cien días juntos y les iba todo perfecto; las clases les iba bien y las relaciones con los amigos también. Pero había algo que fallaba. Eso que siempre está ahí para joder relaciones, ya sean de amor o de amistad. ''La distancia''. 
- Maldita distancia, pensaba ella. 
Una vez por semana se reencontraban, y con mucha suerte, dos. Cada día tenían más ansias por verse. Poder darse un gran abrazo seguido de un beso con sabor a ''esta semana se me ha hecho eterna sin poder verte''. 
[...]
Ya había pasado dos días después de aquella discusión que se hacia monótona cada noche. Esa en la que los dos dice que quiere mucho más al otro, pensando que es así. ¿Quién querrá más a quién? ¿Quién daría la vida sin pensar en lo demás? ¿Quién siente más el uno por el otro? ¿Qué sentirá él cuando pronuncian el nombre de su novia? Tantas preguntas se hacia ella, tantas sin respuesta. Ella siempre ha pensando que es ella la que siente más, la que daría su vida por él sin planteárselo apenas. 
- ¡Mierda, se me hace tarde, no me dará tiempo! -grita ella, al salir de la ducha y ver el reloj. 
Pensaba, después de vestirse y recoger su cuarto, ir caminando a ese lugar dónde siempre se ven. Su lugar. Antes de llegar ahí, hay una pequeña tiendita donde compra una revista del corazón y la cotillea mientras espera por él. Siempre se retrasa ya que vive a fuera de la ciudad y tiene que coger el transporte público. Ve que no le da tiempo de comprársela, que ya estará él y se le abra adelantado hoy; que no podrá leer ese artículo de su cantante preferida esta semana. 
Recoge lo más rápido posible el cuarto, metiendo todo lo que está fuera de su sitio en el armario para que su madre no le echase la bronca. Sale de casa y va, a paso ligero, a aquel sitio.
Ya ha llegado y lo busca por todas partes, pero no lo ve. Ella, tan inocente como siempre, no se da cuenta de que está escondida tras un pilar de columna. Se queda mirando el móvil un momento y es ahí cuando él, aprovecha y corre y le da un abrazo por detrás. De esos que a ella le encantan. 
- Ya era hora, te estaba echando de menos, dice él.
- Lo siento, se me hizo tarde y...  
*Él, rápidamente le interrumpe con un beso, no la deja terminar la frase*
- ¡Idiota! No me has dejado acabar 
- Lo sé, es que no quería escucharte. Me moría por besarte, hacía una semana que no te besaba. ¿Es mucho tiempo, no crees? -dice él
- ¿Mucho tiempo? Mucho tiempo es el que vamos a pasar juntos, eso si que es mucho tiempo. Aunque a veces pienso que quiero pasar mucho más que ese tiempo
- ¿Y cuanto tiempo es ese? 
- ¿Cómo puedes preguntarme eso? 
- Es que no sé cuanto tiempo quieres pasar conmigo... - dice él con miedo a su respuesta.
- Es muy fácil, toda mi vida. 
*Le besa de nuevo rápidamente, y suelta un suspiro, un gran suspiro. 
Se ha aliviado al escuchar su respuesta, pues, casualmente, es el mismo tiempo que quiere pasar él con ella. 
E incluso, no le importaría pasar más de una vida a su lado.
                       

2 comentarios:

  1. heyyy!
    Me he pasado por aquí gracias a un link que he visto en el estado de una chica y debo decir que me alegro de haber encontrado tu blog.
    Me gusta la historia que cuentas,creo que hacia mucho que no leía una entrada en el que el amor triunfara y me has sacado una sonrisa :)

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