domingo, 29 de septiembre de 2013

Corazón con heridas II

El Sol, por muy lejos que esté, podemos hacer que lo tenemos en nuestras manos. Igual que podemos poner el dedo en un mapa y señalar nuestro próximo destino pues lo tenemos ahí dibujado, hasta la isla más pequeña está proyectada en el mapa. Así como podemos poner el dedo para ver cuál es la distancia entre país y país y ''a cuantos dedos sobre el mapa'' estamos. Yo digo que estaremos a un dedo y poco de distancia. Parece poco. Pero he utilizado el verbo parecer.
La Luna, ese satélite que gira las veinticuatro horas sobre nosotros, ese que veremos desde cualquier punto de la Tierra y nunca será más grande que el pulgar.  Cuando te diga, abre la ventana y observa un rato la Luna, hazlo, estaremos mirando lo mismo por muy lejos que estemos.
                       ''La distancia impide dar un beso o hacerle cosquillas, pero no impide quererse''    
                            cool.
                                           Que la distancia no pueda con nosotros
                                                           o contigo y conmigo.

Corazón con cicatrices.

Esta vez hablemos de los placeres de la vida, así como ver un amanecer desde un avión, hundir el dedo en la nutella, tomar un chocolate caliente en puro invierno, escuchar como retumba el sonido del trueno contra la ventana en plena tormenta, un baño con espuma, un domingo de películas y mantas, un abrazo por detrás por la cintura, besos en el cuello. Así como quienes prefieren el sonido del mar y otros el cantar de los pájaros, como quienes prefieren un helado y calor que un chocolate caliente y frío. Así como yo prefiero mirarte a tus ojos de color miel, darte la mano y besarte. Perderme en tus besos y en tus abrazos, así como quiero escuchar tus ''te quiero enana''. Perderme entre tu letra a través de ese papel y notar la llave que cuelga en mí, así como el roce de tus dedos con los míos y las miradas compenetradas entre nosotros. Como si se hace el silencio, que no es incómodo. Así como perderme, otra vez, en tu mirada y en tu corazón.
Untitled

                          El tiempo que se lleve la distancia, y que a nosotros nos deje tranquilos.