viernes, 31 de agosto de 2012

Pequeña luchadora

Aún latía ese pequeño, pero gran corazón, por él. Lleno de sentimientos y recuerdos que venían  a su cabeza cada dos por tres. Recuerdos recientes y no tan recientes, recuerdos de hace muchos meses atrás o quizás, de ayer mismos, pero ya todos esos se han convertido en recuerdos para ella, esa pequeña enamorada de él. Latía su corazón silenciosamente. Silenciosamente, pero tenía muchas cosas que decir. Tantas y tantas cosas guardadas que las soltaba en lágrimas cada vez que la canción de ellos sonaba, cada vez que veía esa película, la cual no vieron muchos porque ocupaban su tiempo en besos. Soltaba lágrimas cada vez que pasaba por ahí, ese lugar donde se besaron por primera vez, cuyo lugar no olvidarán jamás. 
Ella, una pequeña ilusa que quiere recuperar todo lo que un día perdió. Recuperar esos momentos que solo ha vivido, y podrá vivir con él. Recuperar esa persona en la que ella un día se convirtió en su  ''todo'' y ahora es su ''nada''. Recuperar la felicidad. Ella, dispuesta a luchar y recuperar lo que un día se le fue de la mano.
               
No esperes a que sea mañana para decirle lo mucho que le quieres, díselo hoy, pues mañana igual se va.

martes, 14 de agosto de 2012

Todo fue perfecto

Suena el despertador y ya son las diez. Lo apago, e intento terminar ese sueño que ha estado toda la noche en mi cabeza. Había soñado el reencuentro después de largas y duras semanas fuera de casa... Las anillas del reloj marcaban las cinco menos cuarto de la tarde. Sólo faltaban quince minutos para verle. Salí de casa y comprobé que llevaba todo: las llaves, la cartera y lo más importante, el móvil y los auriculares. La canción del momento sonaba por la radio, y al ritmo de ésta caminaba. Las menos diez. Ahora quedaban diez minutos y estaba ansiosa. Será correr, abrazarle y tirarle al suelo, y para terminar, un beso que no olvidará. Y así fue, lo vio de lejos y empezó a correr. Exactamente hize eso.
-Te echaba de menos -dijo él.
-Yo también, pero cállate y vuelveme a besar. Echaba de menos tus besos. -dije.Y así hizo él, me besó y me besó. Nos perdimos entre besos y abrazos. Hablabamos y bromeabamos. Nos besabamos como si nadie estuviese y nos comportábamos como si sólo nosotros existiésemos. La tarde se nos paso demasiado rápida. Ese día fue perfecto.
El despertador vuelve a sonar, son las diez y diez. Me levanto y voy a desayunar. Hoy me espera un gran día. El encuentro con mi chico, y espero que ocurra lo mismo que en el sueño.

viernes, 10 de agosto de 2012

El barco zarpa y en él está ella, una chica de estatura mediana donde lleva puesto unos pantalones cortos y una camisa azul celeste, dónde, se puede apreciar que ha viajado a Roma o, que, algún familiar o amigo se la ha traído como recuerdo de allí, ya que pone ''I love Roma''. El cable de los auriculares sobresale del bolsillo y la funda azul del móvil a juego del color de la camisa también. Una voz sale de los auriculares, su canción favorita, ''All about us- He is we'' y, al ritmo de la música, da una vuelta por la popa del barco. El capitán toca la bocina y avisa a los pasajeros que el barco se pondrá en marcha en unos minutos y, que el viaje durará tres horas aproximadamente. Podrán ver una película o, si prefieren disfrutar de las vistas con un buen chapuzón, tenemos la piscina en la parte de arriba -comentaba el capitán.
Coge la cámara y empieza a disparar fotos por todos lados, ya que el paisaje vale la pena. Las siete y media de la tarde marca el reloj, y el sol se ocultará dentro de poco. La luz se refleja en el mar y al verlo crea bastante tranquilidad. Cansada de estar de pie y de colocarse bien el pelo cada dos por tres [ya que hace bastante viento] vuelve para dentro y busca sitio. Encuentra uno y se sienta. Pone música lenta y se deja dormir, va ser un viaje largo y cansado. [...] 
Una voz por los altavoces que están colocados cada cierta distancia por todo el barco la despierta. Es la voz del capitán, de nuevo. Avisa que ya han llegado y que ya se pueden bajar del barco. 
-Atención, los pasajeros que no hayan traído el coche, recuerden coger todas sus pertenencias. Espero que hayan disfrutado del viaje y gracias por viajar con nuestra compañia.
 

jueves, 2 de agosto de 2012

Rumbo hacia la felicidad.

Caminábamos sin cesar, sin un rumbo determinado. Bueno, teníamos un rumbo, pero ese rumbo no era ninguna calle, ningún lugar, ni siquiera estaba marcado en ningún mapa del planeta. Rumbo hacia la felicidad, ese era mi rumbo con él, mi meta, alcanzarla y permanecer allí por siempre. 
Las calles se nos quedaban pequeñas. Múltiples miradas notábamos, adolescentes hacían comentarios y parejas veinteañeras también. Niños nos miraban con cara de rechazo, pensaban, y decían en alto ''fos'', cada vez que nos dábamos un beso. 
- ¿A dónde vamos? - preguntó extrañado.
+ A dónde quieras. Contigo iría a cualquier parte del mundo, pero sólo si es contigo.
Ahora, su brazo rodea mis hombros, me da un beso en la frente y esperamos a que el semáforo se ponga en verde para poder cruzar el paso de cebra, y así, poder caminar por esas calles dónde nos sentimos observados.