Idas y venidas

Un lunes por la mañana, como otro día cualquiera. Se oye la voz de tu madre diciendo esas palabras que tanto odias: ''despierta, es tarde''. Entra en tu habitación, abre las cortinas para que entre luz, pero te escondes de ésta bajo la almohada e intentas meterte de nuevo en ese gran sueño, pero tu madre es lista y te quita la almohada. Recurres a esconderte bajo las sábanas, pero tampoco, las quita y aún, media dormida, haces el esfuerzo de levantarte. Rutinariamente haces lo mismo, vas al baño y te lavas la cara. Te miras al espejo y ves que todavía quedan restos de maquillaje de la noche anterior pero las toallitas desmaquilladoras están para salvarte. Bajas a la cocina y ves que día es, 27, un día después de una larga noche de fiesta y un día antes de hacer otro mes con tu mejor amigo, pero recuerdas que ese día hay algo importante por la tarde-noche, pero no recuerdas el qué ya que la resaca no te lo permite. Coges una taza, le echas la leche y el cola-cao, que van acompañados de unos buenos cereales. Le preguntas a tu madre que harán hoy, si van a hacer algo familiar o si ella puede salir con su chico y sus amigas por ahí... 
- Luego hacemos las maletas, y a las 19:00 h vamos al Puerto a coger el barco, ¿recuerdas? 
Es verdad, me había olvidado, hoy nos íbamos a otra isla. Hoy era cuando pensaba desconectar de todo lo que me rodea y disfrutar a donde fuese. Ya entendí porque mi madre me despertó a esta hora, pero, ahora que lo pienso, hoy no es un día como otro cualquiera...